Pueden resultar ser actos comunes que pasan desapercibidos, sobre todo si gran parte del día vivimos en automático haciendo muchas cosas, sin darnos cuenta que en el fondo, parte de eso que realizamos pueden ser, más que actos rutinarios, rituales.
Si somos un poco más conscientes, podemos ver que momentos simples y sencillos pueden convertirse en rituales que nos gratifiquen y hagan sentir bien, ya que pueden influir en cómo tomamos el día, en la disposición a hacer las cosas o simplemente en estar más content@s y tranquil@s.

Puede ser el hecho de tomar desayuno con tiempo y tranquilidad, un rato para leer ese libro interesante, regar las plantas, escuchar esa música o programa que nos gusta, el cafecito o té de media tarde. Todo puede ser y depende de cada un@, la clave es estar atent@s e indagar en nuestra rutina para encontrarlos o bien, incorporarlos poco a poco como nuevos hábitos en nuestra vida que ayude a llevarla un poco mejor.
Y tú ¿tienes algún ritual gratificante en tu día? ¿cuál te gustaría incorporar?